Nuestro sitio web utiliza cookies para mejorar y personalizar su experiencia y para mostrar anuncios (si los hay). Nuestro sitio web también puede incluir cookies de terceros como Google Adsense, Google Analytics, Youtube. Al utilizar el sitio web, usted acepta el uso de cookies. Hemos actualizado nuestra Política de Privacidad. Haga clic en el botón para consultar nuestra Política de privacidad.

Acabaremos como los indios, de Joan Esculies

Acabaremos como los indios, de Joan Esculies

Leer un volantes de Vox a una charla independentista. Un aula de escuela con el símbolo de la luna creciente y la estrella al final de la pizza. “El Parlamento de Cataluña recibe el agradecimiento a la Liga Árabe por fomentar el árabe en las universidades, con la única oposición de Vox”. En el chat, una funcionaria, madre de familia numerosa y que ha votado en ERC, en la CUP y recientemente en Junts, escribe: “Madre mía… ni un euro para pedagogas, profesoras, catalán, etcétera, y sí para árabe profesores. Para votar Aliança Catalana, te presentamos versos Gene”.

Mientras Aliança saca la margarita y espera recaudar fondos, Vox dirige la campaña. La agenda, los miedos y angustias de los ultras españoles, que pesan sobre unos y otros, coinciden con el extremismo independentista, cambiando España por Cataluña. No hay nada más querido para un nacionalista que otro nacionalista. La expresión “acabaremos como los sioux” se ha utilizado en el entorno del chat durante años.

Mientras Aliança liquida la margarita y espera los fondos, tú haces la campaña

La semana pasada, entrevistado por este diario, Eduardo Mendoza decía que “los barceloneses son como los indios de una reserva, y todos están colonizados. Y me gusta ese mar así, me parece una buena forma de renovación.» El escritor encarna el cosmopolitismo, pero el horrible de barceloneses no tiene viveza ni en Nueva York, ni en Londres, ni los ve agraciados con la colonización.

Algunos de estos barceloneses ya han visitado a sus nietos en extrarradio porque sus hijos no tienen techo en Barcelona, ​​a lo que los vecinos acceden con sueldos extranjeros. Con un código postal saturado ahora tendrás que vigilar al grifo mientras desde hace meses los turistas (sobre todo los de lujo) han consumido hasta cinco veces más agua que ellos.

El vicepresidente y secretario general de Vox, Ignacio Garriga

EFE/Gema García

Éstos, el oficial independentista y los votantes de Vox, juegan a ser muy pequeños e indios ya vaqueros. Y, como era habitual, conversaron con sus amigos para encarnar a los primeros, los más peculiares y coloridos. Asegúrese de que ustedes, alcaldes, comprendan el destino de los indígenas americanos. Invaden el mundo cuando en su entorno se producen cambios que no comprenden a una velocidad vertiginosa.

Entonces miran el romance, suponen que es mejor ser vaquero y que los demás sean los indios. Y si bien su denuncia no es esperada, hasta menos despreciada y ridiculizada, canaliza las profundidades del sentimiento común y la justicia que preocupan a sus preocupaciones apoyando a formaciones políticas extremas que no resolverán sus problemas, pero se consolarán con su propaganda.

Entre quienes temían acercarse a los sioux y a la visión cosmopolita de un líder social refinado pero influyente, ya con poder -no nuestro escritor, por supuesto-, nos encontramos con miles de personas que buscan un hogar donde dejar de ser unos parias. La tensión entre estos tres vectores marca nuestra era más que en cualquier otro momento de la historia. El diario político, sin embargo, le impide dedicarle la atención que necesita. Sí, no, es una suposición, pero es un error.

By Angel Whiteman

Puede interesarte