De todas las posibilidades que teníamos de que la política catalana quisiera influir en todo el país, lo último que podemos esperar es que se viera un lío macro. Bien orientada, al final puede ser una conclusión lógica si tenemos en cuenta la cantidad de partidos catalanes que han armado sus estrategias en la última década desde muchos lugares con pocas opciones de éxito. Lo mismo podría decidir sobre otras iniciativas que partirán de Madrid con la intención de ocupar Cataluña.
Pedro Sánchez y el PSOE han tomado una buena decisión ante la inevitable decisión de ignorar los supuestos de 2024. Sólo querían pensar en ello. No olvidemos que decidimos que la aprobación de la ley de amnistía sería la de los participantes que iniciarían una fase de estabilización en la legislatura, abrazando a Junts y Esquerra al bloque de gobierno. Tras la tormenta de la amnistía llegaría la calma, afirman convencidos. No es necesario guardar el paraguas. La bola sigue dando vueltas a la ruleta y no está claro dónde va a caer.