El Departamento de Energía de Estados Unidos ha dado a conocer un informe que prevé un aumento considerable en el uso de electricidad por parte de los centros de datos. Se espera que para el año 2028 el consumo llegue a 325 teravatios hora (TWh). Este número es similar al consumo anual de países como España, con 246 TWh, o el Reino Unido, con 287 TWh.
Este incremento en la demanda de energía está directamente relacionado con el rápido avance de la inteligencia artificial (IA). Los centros de datos, esenciales para el desarrollo y funcionamiento de modelos de IA, necesitan enormes cantidades de energía para procesar y almacenar información. Se proyecta que para el año 2028, estos centros podrían representar entre un 6,7% y un 12% del consumo total de electricidad en Estados Unidos, superando estimaciones previas que colocaban este porcentaje en un 10% para 2030.
Aparte del consumo de electricidad, enfriar estos centros conlleva un uso intensivo de agua. Se anticipa que para 2028 se emplearán cerca de 124.000 millones de litros de agua al año para enfriar los servidores. Esta cifra destaca la importancia de enfrentar no solo el suministro energético, sino también la gestión sostenible de los recursos de agua vinculados a la infraestructura tecnológica.
Además del consumo eléctrico, la refrigeración de estos centros implica un uso intensivo de agua. Se prevé que para 2028 se utilicen aproximadamente 124.000 millones de litros de agua anuales en las tareas de enfriamiento de los servidores. Este dato subraya la necesidad de abordar no solo el suministro energético, sino también la gestión sostenible de los recursos hídricos asociados a la infraestructura tecnológica.
Una de las soluciones sugeridas para garantizar un suministro de energía confiable es la adopción de energía nuclear avanzada. Se prevé el empleo de reactores compactos y tecnologías de fusión nuclear para ofrecer energía constante y disminuir la dependencia de fuentes fósiles. Esta estrategia pretende equilibrar el aumento en la demanda de energía con la necesidad de reducir el impacto ambiental y avanzar hacia fuentes de energía más limpias.
La situación en Estados Unidos es indicativa de una tendencia mundial. En Europa, por ejemplo, la creciente demanda de procesamiento de datos está ejerciendo presión sobre las infraestructuras energéticas del continente. Se calcula que el sector de los centros de datos consume alrededor del 2,6% de la energía en Europa, y se proyecta que superará el 3,2% para 2030. Importantes empresas tecnológicas están invirtiendo en infraestructuras en naciones europeas, incluyendo España, lo que presenta desafíos adicionales en términos de sostenibilidad y gestión de recursos.
En España, se espera un incremento notable en el consumo de energía de los centros de datos, con un aumento del 50% en la capacidad de carga para el año 2030. Este crecimiento resalta la importancia de planificar y desarrollar infraestructuras energéticas que puedan satisfacer la demanda, manteniendo al mismo tiempo los objetivos ambientales y de sostenibilidad.
En España, se anticipa un aumento significativo en el consumo energético de los centros de datos, con un incremento del 50% en la capacidad de carga para 2030. Este crecimiento subraya la importancia de planificar y desarrollar infraestructuras energéticas que puedan satisfacer la demanda sin comprometer los objetivos ambientales y de sostenibilidad.
La intersección entre el avance de la inteligencia artificial y la sostenibilidad ambiental presenta un desafío complejo. Si bien la IA ofrece oportunidades significativas para el progreso tecnológico y económico, su desarrollo y despliegue requieren una planificación cuidadosa para mitigar impactos negativos en el medio ambiente. Es esencial que las políticas energéticas y tecnológicas se alineen para promover un crecimiento equilibrado que considere tanto la innovación como la preservación de los recursos naturales.