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El diario íntimo de Salvador Puig Antich

El diario íntimo de Salvador Puig Antich

“Ni Dios ni amo”. Salvador Puig Antich acudió dispuesto al grito libertario que entonaba al cantautor francés Léo Ferré y que le llevó a la muerte hoy hace medio siglo. El 2 de marzo de 1974 el franquismo lo ejecutó en prisión en la Cárcel Modelo de Barcelona. Yo tenía 25 años. La acusación: matar a tiras al subinspector Francisco Anguas en septiembre del año anterior, en un portal de la calle Girona, en el forcejeo entre él y un acompañante de cinco policías durante su detención.

La Brigada Político-Social sigue la pista de los comunistas revolucionarios con influencia anarquista del Movimiento Ibérico de Liberación- Grupos Autónomos de Combate (MIL-GAC) por el ataque a una sucursal del Banco Hispanoamericano, en marzo de 1973.


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El texto permite rastrear claramente la evolución ideológica del joven

La Vanguardia Ha accedido al centenario de páginas del diario íntimo de Salvador del período 1964-1970, que conservan sus hermanos. Durante más de veinte años, Francesc Escribano le consultó Míralo. La historia de Salvador Puig Antich (Ediciones 62, 2001). La lectura íntegra del diario permite rastrear claramente la evolución ideológica del joven.

Salvador nació en Barcelona en 1948 en el seno de una familia trabajadora “cristiana progresista borgoñesa”. He aquí un agente comercial del pasado republicano, “un caso perfecto de incomunicabilidad”. En casa, dice, vivía en un “matriarcado”, con su abuela, su madre, sus cuatro hermanos y un hermano.

En los años veinte, La Salle Bonanova le expulsó por pedírselo a un profesor. Dentro de los Salesianos de Mataró, llenó su diario personal, en el castillo, en febrero de 1964. A las puertas de los diez-seis años era un niño preocupado por meterse en problemas, pero su comportamiento siempre le afectó. Las páginas podrían firmar al protagonista de la misma edad y del mismo burrido de su entorno, Holden Caulfield de El cuidador entre el centro.por JD Salinger.

Los maltratados, físicos y mentales, de los curas lo aleja de Dios. «Me castigaron todos los días seguidos», señala. «Esas son todas las bromas que estos locos me hacen todos los días». Uno de ellos le dice: “no te pongas ese ladrillo en la cara si no quieres romperlo”.

El diario, escrito en 1964, nos permite reconstruir su recorrido, desde el joven adolescente hasta su transición hacia la acción política y revolucionaria.

LV

Cuando le conoció su madre, que influyó en su educación, se hizo ayudante y estudió preuniversitario por las noches en el Instituto Joan Maragall. Conozca el núcleo del futuro MIL. Ignasi Solé Sugranyes y Xavier Garriga le introducen en el marxismo antileninista. Pero de momento, en política, “no entiendo ni jota”. Llevan los efluentes de Mayo de 1968 y están registrados en Economía.

Puig Antich empezó a escribir en catalán al comienzo de la guerra, entre Palma y Eivissa. Durante tus vacaciones te conviertes en un lector voraz. El neorrealista italiano Vasco Pratolini la fascina Metelo, “una exposición crítica de la vida cotidiana de la clase trabajadora”. Manuel de Pedrolo, de izquierdas e independentista, se convirtió en su autor catalán de referencia con obras como esa Avui habla de mi.

La militis se descubre como «más real» porque necesita relacionarse con «círculos cerrados y vicias» y conoce a la gente ilegal y a la gente de la comunidad, más a los «estudiantes administrativos» de la ciudad como ellos. Y lee el clic. “Mi futuro político es algo muy importante y tenderé a pensar en ello con 100 sentimientos o más. No puedo jugar a la política».

Si emociona con un reportaje en la revista Triunfo sobre el austriaco Wilhelm Reich, discípulo de Sigmund Freud que compatibilizó el psicoanálisis con el marxismo. “El hombre debe nacer en otro mundo y sólo podrá escapar cuando la sociedad sea destruida y creada nueva”, escribe. Reflexión sobre el mapa de las mujeres en la lucha de masas y en la «soledad, inseguridad y dependencia» a la que están entregadas. También concluye que la gente debe participar en los órganos de toma de decisiones y «comprender los conceptos del anarquismo y actualizarlos». Al contrario de los partidos, cada vez es el más partidario del gobierno los consejos de los obreros autónomos.

Lee a Camilo José Cela, a Miguel Delibes, la novela latinoamericana, al estudioso de los medios Marshall McLuhan, al filósofo marxista checo Karel Kosíc y al sociólogo alemán Herbert Marcuse, influyente en el movimiento estadounidense de los últimos años. “La sociedad prevalece sobre el individuo”, se escribe, y se supone “idealista”. Siendo adolescente, Puig Antich había abandonado a Dios, ahora también enterrado en el amor.

Los compañeros del instituto lo centraron en una plaza política, pero sólo con lecciones en profundidad. Con un marxismo intelectual o agitador, tarde o temprano te quemas. Sólo eso es una “práctica válida y científica, una praxis revolucionaria”. En las postrimerías de 1970 está la lista de lo que vendrá cuando regrese a Barcelona. Atracar banca —“expropiarlos”, en su argot— para destinar el dinero que será financiado por publicaciones ideológicas, “para construir una biblioteca”.

Medio siglo después, todavía esperaba que la justicia española revisara su juicio.

La aventura durará sólo tres años. El consejo de guerra que lo juzga es irregular. El resumen cambia. Si han desaparecido, pueden ser castigados con la pena capital. Hoy no tengo claro de dónde vinieron los disparos que mataron a los policías. Jordi Panyella lo demuestra Antigüedad Salvador Puig. caso abierto (Cuadrilátero de libris, 2013).

El 20 de diciembre de 1973, Puig Antich entró en la celda de Luis Carrero Blanco y saltó por los aires. “ETA me pegó”. Entiendan que el régimen entrará en contacto con el presidente del gobierno español. Pero no sólo por esto. El indulto, hace tres años, a los etarras del proceso de Burgos ha debilitado su ala dura.

A diferencia de entonces, las fuerzas antifranquistas sólo se mueven para pedir su perdón. Al adoptar una posición a favor del cambio de régimen, no quiero ganarle a la violencia armada, ni a un comunista revolucionario que quiera derrotar a Franco, sino también al capitalismo. Lo explica el historiador Gutmaro Gómez Bravo Puig Antich. La transición imposible (Toro, 2014).

A mediados de febrero de 1974, a cambio, Josep Tarradellas y Joan Casanelles, en calidad de presidente de las Cortes Republicanas en el exilio, enviaron telegramas al secretario general de Naciones Unidas, Kurt Waldheim, para pedir el perdón. La presidenta de la Generalitat se enfada cuando un corresponsal en París le pide atención contra los comunistas españoles. “¿Para qué quiero mi opinión, si no se la pedí a Puig Antich?”. Es obvio que su suerte fue otra. Medio siglo después, Salvador Todavía espera que la justicia española revise su juicio.

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By Angel Whiteman

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