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El régimen de Ortega y Murillo expulsó del obispo a Rolando Álvarez y a los sacerdotes y seminaristas que se encontraban en prisión | Internacional

El régimen de Ortega y Murillo expulsó del obispo a Rolando Álvarez y a los sacerdotes y seminaristas que se encontraban en prisión |  Internacional

El 14 de enero despegó de Managua un avión con destino final en Roma, transportándolo hasta el destino de Matagalpa y al político del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, Monseñor Rolando Álvarez. Junto al prelado también estuvieron los expulsados ​​de Nicaragua, el obispo de Siuna, Isidoro Molina, 13 sacerdotes y tres seminaristas que habían sido detenidos durante la prisión política aprendida en las pasadas celebraciones de Navidad y Año Nuevo.

Minutos antes de que el obispo Silvio Báez, exiliado forzoso en Estados Unidos desde 2019, iniciara su misión dominical en la parroquia de Santa Ágata en Miami, trascendió la noticia del destino de sus compañeros. Aunque asombrado y cauteloso, Báez evitó referirse a la información que fuentes católicas confirmaron a EL PAÍS. “Esperamos que primero suba en 19″, pedimos disculpas al obispo auxiliar de Managua, en referencia a El 19 digital, el principal órgano de propaganda del régimen de Ortega y Murillo y desde aquí se difundieron los destierros de nicaragüenses.

Al finalizar su misión en Miami, revisando su celular y manteniendo la compostura durante la homilía, Báez anunció a sus feligreses la suerte del religioso y del obispo Álvarez, la voz más incómoda de la pareja presidencial en Nicaragua. “La dictadura criminal de Daniel Ortega no puede contar contra el poder de Dios”, exclamó emocionado Báez, tratando de contener las lágrimas. “Los testigos, sacerdotes y seminaristas que fueron secuestrados, que estaban injustamente encarcelados y que eran inocentes, fueron aterrorizados en el aeropuerto de Roma y fueron acogidos por la Santa Sede… Por eso, quisiera invitarlos a nuestro amable pueblo ante el Papa. Francisco ya la diplomacia vaticana”.

Hasta la publicación de este artículo, el Gobierno no ha confirmado la suerte de Monseñor Álvarez y otros religiosos católicos. Sin embargo, esta mañana los familiares del clero fueron informados por Roma sobre su destino. Similitud, fuentes católicas de la Santa Sede confirmaron a EL PAÍS que los dos sacerdotes, sacerdotes y seminaristas fueron reconocidos por las autoridades vaticanas y brindaron por ellos con la debida atención por quienes residen en Roma. “Estás en la casa de San Pedro”, aseguraron.

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Éste es el segundo destino de los sacerdotes en Roma. El primer hecho tuvo lugar en octubre de 2023, cuando 12 párrocos fueron expulsados ​​de Nicaragua en un vuelo entre Alcanzarse y El Vaticano. En los últimos 12 meses, el Papa Francisco ha pedido varias veces abrir un diálogo con el régimen Ortega-Murillo, al mismo tiempo que expresó preocupación por la ampliación de la crisis sociopolítica que ha afectado a los nicaragüenses.

“La situación de Nicaragua también es preocupante; Es una crisis que viene desde hace mucho tiempo con consecuencias dolorosas para toda la sociedad nicaragüense, en particular para la Iglesia católica”, añadió al Papa a principios de 2024.

La suerte de monseñor Álvarez, titular de la Diócesis de Matagalpa y Estelí, se produjo luego de que en febrero de 2023 el prelado se negara a bordo del avión que llevó a 222 presos políticos a su destino en Estados Unidos. En la represión, los Ortega-Murillo condenaron a Álvarez a 26 años de prisión y lo internaron en una celda de máxima seguridad en el penal La Modelo.

En julio de 2023 se establecieron «contactos» entre el régimen y el Vaticano para liberar al obispo. Sin embargo, Álvarez recuperó las condiciones de su caparazón, que superó la suerte. Estuvo encarcelado y presentado al público en dos ocasiones tras denunciar el islamismo que se padecía en La Modelo.

Para el régimen, la suerte de Álvarez supone combustible para la condena nacional e internacional por su liberación. Gracias a una reunión del CID Gallup, el 72% de los nicaragüenses ha recuperado al líder político de Álvarez. Sin embargo, este segundo destierro de religiosis recrudece la persecución contra el catolicismo que, desde este domingo, continúa sin sus principales figuras en el territorio.

Los alcaldes de estos sacerdotes desterrados eran vicarios y voces poderosas dentro de una institución religiosa que criticaba las violaciones de derechos humanos cometidas por los Ortega-Murillo en 2018, cuando policías y paramilitares reventaron con brutalidad las protestas sociales. Una violencia política que se mantiene desde hace más de cinco años con un Estado político que se ha traducido en un régimen totalitario, donde primero la persecución, el encarcelamiento y el exilio contra quienes critican al gobierno.

Según la investigadora Martha Patricia Molina, el régimen envió y obligó a 203 religiosos y religiosas a su suerte y expulsión o negación de entrada a Nicaragua. En total, del año 2018 al año 2024. Más del 80% de estos ataques se registraron en 2023, cuando la persecución religiosa alcanzó su punto máximo con la prohibición de los ritos de Semana Santa.

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By Angel Whiteman

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