Susana Polo, magistrada que investiga el caso Tsunami en el Tribunal Supremo, declaró en videoconferencia con Carles Puigdemont y Rubén Wagensberg. Jueza informó a los dos acusados de terrorismo que podrían hacerlo por medios electrónicos entre el 17 y el 21 de junio, un mes después de las elecciones catalanas. Por tanto no es necesario abrir un proceso de búsqueda y adquisición internacional si no se desea hacerlo presencialmente.
Carles Puigdemont reside actualmente en Bruselas, donde ejerce como eurodiputado, mientras que Rubén Wagensberg (ERC) tomó posesión de su cargo en Suiza pocos meses después de conocer que investigaba un posible terrorismo en el ámbito del caso Tsunami. El magistrado Polo explica las dos cosas que se pueden declarar en videoconferencia y que uno debe sentirse «acompañado por el abogado». También se crea una comisión rogatoria para saber dónde vivir y poder organizarla.
La Sala de lo Penal del Supremo decidió seguir el criterio del juego de Manuel García Castellón y recomendó a uno de sus vocales, Susana Polo, la apertura de investigaciones por terrorismo contra el expresident Carles Puigdemont y el gobernador catalán Rubén Wagensberg. Después de haber desertado de los juegos, en contra del criterio del teniente fiscal, las masivas protestas de Tsunami Democràtic, sobre todo que paralizó el aeropuerto de El Prat durante horas, podrían haberse unido en un crimen terrorista.
Además, tras las partidas que admitieron la exposición razonada adjunta por la Audiencia Nacional, se pudo considerar que Carles Puigdemont era uno de los líderes a la sombra del movimiento que tuvo la nación para protestar contra la sentencia del juicio. Según esta sala de admisiones, hay un “líder absoluto” y se debe declarar la prioridad del caso judicial.
La declaración de ambos como imputados es, por ahora, la única diligencia que ha puesto en marcha la magistrada Susana Polo tras haber asumido la causa que partía de la Audiencia Nacional en el juzgado de Manuel García Castellón. La propia Sala Penal, que tomó la decisión de admitir la causa por escrito, fue prácticamente la única que quiso hacerlo.