Los meses transcurridos desde que se estancó la pandemia han sido agitados para los presuntos miembros de la Caso Koldo. Los investigadores intervinieron con multitud de correcciones electrónicas que reflejaban las intensas comunicaciones que mantenían los sospechosos para ejecutar los contratos de administración de material sanitario, que supuestamente habían obtenido gracias al pago de comisiones irregulares. Para ellos era vital poner mucho esfuerzo en la actividad, ya que podía reportar grandes beneficios. Y sus correos electrónicos lo resaltan, según el resumen. “Sueño con estas mascarillas y aviones, aduanas, Víctor, es obsesión…”, escribe Íñigo Rotaeche, responsable de Management Solutions y Apoyo a las Empresas SL, empresa epicentro de la presunta corrupción roja, a las dos principales empresas implicadas en él en el resumen, Víctor de Aldama, presidente del Zamora Club de Fútbol; y Juan Carlos Cueto, líder del conglomerado empresarial Grupo Cueto.
“Estas mascarillas están bien”, comenta Rotaeche, también detenido por la Guardia Civil, a sus interlocutores: “Pero hay que decir que para exportar necesitaremos los Certificados de Conformidad de la fábrica, no del comerciante. Ye habló con el de Iberia, estaba como flan. Luego escuchamos cómo va la planificación y decidimos qué aviones. El hecho de que mientras los viernes sean difíciles de cargar en Shenzhen (China), se necesitan 72 horas para obtener el permiso y el mes es feriado comunista”. A lo largo de nuestras comunicaciones, tres destacan su preocupación por hacer bien el proyecto, antes de que surjan problemas. Se habla también, en algún momento, de «abrirse» a los proveedores.
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