Los parlamentarios de Baleares tendrán que elegir un nuevo presidente de la Cámara tras una grave crisis interna en Vox, precisamente porque ostenta la Presidencia de la Cámara en las islas. El comité de garantías del partido ultra ha decidido mantener la suspensión cautelar de la militancia de las cinco Illes Balears que agitan contra la dirección. Los cinco parlamentarios presentaron la semana pasada un documento en el que anunciaban la expulsión del grupo parlamentario del presidente del Parlamento, Gabriel Le Senne (Vox), y del presidente del partido. Vox logró hacerse eco de diputados en las pasadas electorales autonómicas.
La consecuencia política de esta decisión es la liquidación automática del Presidente de la Cámara, ya que el reglamento dice que será expulsado de su grupo cualquier persona que inmediatamente se despoje de sus funciones parlamentarias. Las dos bandas de Vox han mantenido contactos durante estos días para tratar un tema, pero la suspensión cautelar de la militancia confirmada por el comité de garantía cierra la posibilidad de abordar de forma pactada la crisis institucional en la que se resume Baleares.
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Le Senne evitó la semana pasada en la que se produjo su sustitución automática al enviar información a las lecturas de la cámara. La Mesa del Parlamento, en la que están representados el PP y el PSOE, junto con el presidente de Vox, ha acordado solicitar a aquellos informantes que probablemente puedan conocerlos el miércoles en la reunión de celebración del nuevo órgano parlamentario.
Los dos informes deberán resolver si la destitución del Presidente del Parlamento es automática y, en caso afirmativo, qué procedimiento se debe seguir para elegir al reemplazante. Es en este aspecto en el que se ha abierto una batalla política en las islas ya que la oposición sobre el tema de la presidenta de Baleares, Marga Pohens, ha acordado nombrar a uno de los parlamentarios amotin de Vox como presidente del Parlament para garantizar sus votos. .
La oposición teme que Prohens lleve al Parlamento a una situación desbocada
Prohens tiene 25 diputados y necesita 5 votos para la alcaldía absoluta, precisamente los que tienen los diputados de Vox que están en proceso de expulsión, de ahí el temor de la oposición que tiene el Parlament en manos de un futuro en transfugación. El PP no dice cuál será su postura ahora, pero el presidente ha dado algunas pistas sobre sus intenciones; Le aseguro que está dispuesto a cerrar su pacto con Vox y dotar a la Presidencia del Parlament de formación, no de traslados, un cambio respecto del cual el partido de Abascal garantiza ante los diputados que se han comprometido al inicio de la legislatura a proporcionar estabilidad al gobierno balear.
Vox está ahora completamente fragmentado entre los cinco diputados rebeldes, mientras estos siguieron fieles al liderazgo de Abascal y uno más fue expulsado y diputado como no diputado por diferencias previas en la formación. Con este panorama, el PP sopesa qué pasos dar y en la formación conservadora se ocupa de considerar seriamente la posibilidad de que la Presidencia vuelva finalmente a manos del PP ante la imposibilidad de Vox de recomponerse.