Estados Unidos enfrenta desafíos significativos en su intento por recuperar el liderazgo en la fabricación de semiconductores, un sector dominado actualmente por Asia. Aunque la administración de Donald Trump ha implementado políticas para fomentar la producción nacional, la complejidad de la industria y la competencia global plantean obstáculos considerables.
Los semiconductores son esenciales para una amplia gama de tecnologías, desde electrodomésticos hasta sistemas militares avanzados. Aunque fueron inventados en Estados Unidos, la producción de los chips más avanzados se ha trasladado mayoritariamente a Asia, con Taiwán, Japón y Corea del Sur liderando el sector.
Para contrarrestar esta tendencia, la administración Trump ha adoptado medidas proteccionistas, incluyendo la imposición de aranceles del 25% a la importación de chips y otros productos tecnológicos. Además, se han anunciado investigaciones comerciales por motivos de seguridad nacional, lo que ha generado incertidumbre en el mercado y ha afectado a empresas como Nvidia, que reportó pérdidas significativas debido a restricciones en la exportación de sus chips a China.
En consecuencia a estas directrices, compañías como Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) han declarado inversiones importantes en Estados Unidos. TSMC tiene la intención de destinar 100.000 millones de dólares en el desarrollo de instalaciones para la producción de chips en Arizona, con el propósito de mejorar la capacidad manufacturera local y disminuir la dependencia de Asia.
Sin embargo, la implementación de estas inversiones enfrenta desafíos. La escasez de trabajadores calificados en Estados Unidos ha retrasado la construcción y operación de las nuevas plantas. TSMC ha tenido que enviar técnicos experimentados desde Taiwán para capacitar a la fuerza laboral local, lo que ha generado tensiones con los sindicatos estadounidenses.
Además, la política migratoria restrictiva de la administración Trump limita la llegada de talento extranjero, lo que podría obstaculizar aún más el desarrollo de la industria de semiconductores en el país. Expertos señalan que, sin un cambio en esta política, será difícil atraer a los profesionales necesarios para operar las nuevas instalaciones.
En el contexto global, la táctica de Trump de aplicar tarifas y forzar a los socios comerciales a preferir entre Estados Unidos y China ha provocado conflictos. Algunos socios habituales han mostrado su inquietud por la inestabilidad en las relaciones económicas durante este gobierno.