“La señora Gamarra [Cuca, secretaria general del PP] dijo que o amnistía o Feijóo. Pues puestos así… amnistía”. En el estilo directo que lo caracteriza, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, lo dejó sentado en la segunda jornada del debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo, el pasado miércoles. El líder del PP planteó la sesión parlamentaria más como una censura preventiva al próximo Gobierno ante la posibilidad de que conceda una amnistía por los delitos del procés que como la presentación de una oferta alternativa. El PSOE esquivó la cuestión, pero tanto su socio de Gobierno, Sumar, como sus aliados pusieron de manifiesto que las hipotéticas medidas de gracia para los independentistas catalanes, que requerirían de una ley, tendrían el respaldo de la mayoría del Congreso. La misma mayoría que este viernes acabará de enterrar la candidatura de Feijóo en la segunda y definitiva votación.
“Amnistía” fue la primera palabra que Feijóo pronunció para abrir su discurso y “amnistía” fue el término del que huyeron los socialistas, que sacaron a uno de sus diputados más vitriólicos, Óscar Puente, para convertir el debate en un saco de golpes al PP. Pero el propio Puente se declaraba este jueves favorable a “dar una salida a aquellos que se han situado al margen de la legalidad para que vuelvan a hacer política”. “Creo que es algo positivo y se debe valorar”, señaló el hasta el pasado julio alcalde de Valladolid.
El socio minoritario del Gobierno en funciones, Sumar, también ratificó en el debate su apuesta por la amnistía. Su portavoz, Marta Lois, negó que los beneficiados vayan a ser una “élite política”, como denuncian los contrarios a la medida, sino “cientos de personas anónimas que se vieron envueltas en un conflicto político”. En otra intervención, el portavoz de justicia de Sumar, Enrique Santiago, dedicó casi todo su tiempo a defender la amnistía. Desmintió que suponga la despenalización de ningún delito y contraatacó al PP recordando que el Gobierno de José María Aznar concedió en un solo día 1.443 indultos y también concedió esa medida de gracia a 15 miembros del grupo armado independentista catalán Terra Lliure.
La amnistía no solo se vislumbra como la pieza clave para que Sánchez consiga mantenerse en La Moncloa. También como la línea divisoria entre bloques en la legislatura que ahora comienza. De un lado, PSOE, Sumar, los dos grupos nacionalistas catalanes, los dos vascos y el gallego del BNG (178 diputados). Y del otro, PP, Vox y UPN (171). El único diputado de la formación navarra, Alberto Catalán, empleó argumentos similares a los dos grandes partidos de la derecha, consideró que las medidas de gracia constituirían una “humillación” y una “traición a España” y pidió la convocatoria de nuevas elecciones. En el medio solo queda la parlamentaria de Coalición Canaria, Cristina Valido, que apoyó la investidura de Feijóo pero al mismo tiempo no descarta hacer lo mismo con Sánchez si asume sus reivindicaciones para el archipiélago. Valido pasó por alto la cuestión de la amnistía.
El líder del PP puso un gran empeño en dirigir mensajes al PNV y Junts para afearles que, siendo formaciones que provienen del centroderecha, se muestren más proclives a la izquierda. “¿A ustedes les han votado para apoyar la política económica de Podemos?”, atacó Feijóo. Lo que ocurre es que desde los sucesos del otoño de 2017 en Cataluña y la moción de censura que derribó a Mariano Rajoy, el eje que ha separado a las fuerzas políticas en el Congreso ha sido cada vez menos el derecha/izquierda y con mucha mayor intensidad el que definen las diversas posiciones sobre la cuestión territorial. La entrada en la ecuación de Junts puede acrecentar esa tendencia, aunque el partido de Carles Puigdemont asegura que ni forma ni tiene intención de formar parte de ningún bloque.
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Las diferencias de PNV y Junts con el PP no se detienen ahí. Aitor Esteban respondió así a la pregunta de Feijóo: “No apoyamos la política económica de Podemos, pero tampoco la política industrial del PP”. Míriam Nogueras, de Junts, remachó: “No compartimos la política económica del PP, que es un partido estatalista que no tiene nada que ver con los liberales europeos”. Sobre cuestiones sociales ambas formaciones respaldaron en la última legislatura iniciativas del Gobierno como la ley trans, la del aborto, la del solo sí es sí o la de la eutanasia, combatidas con dureza por el PP.
Si Sánchez sigue adelante con la amnistía, tendrá asegurado el apoyo del Congreso y seguramente su investidura. Claro que la historia no se acaba ahí, como le advirtieron ERC y Junts durante el debate. Sin un referéndum de autodeterminación, “la amnistía valdrá de poco”, proclamó el portavoz de Esquerra, Gabriel Rufián.
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