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Si un futbolista profesional se toca sus partes se puede comer, por qué no, seis partidos en España y una multa. Depende del gesto, la mueca y la interpretación. Y si este episodio sucediera en Arabia Saudí, país con el que la Federación de Fútbol firmó la celebración de nuestra Supercopa, pueden solicitar directamente el arresto. Sí, agarrarse los genitales en una final saudí es cometer un delito que puede suponer la deportación, como se le recordó a Cristiano Ronaldo . Y es que lo de Rubiales está teniendo un impacto planetario. Y en el planeta Tierra nadie ha entendido que la comunidad del fútbol haya reaccionado en España mucho más tarde que su sociedad civil. Sorprendiendo con momentos de ausencia de comunión y con muchos todavía de perfil. Una semana después.
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