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Mejor quemar en efigie un político que literalmente lo haga

Mejor quemar en efigie un político que literalmente lo haga

Fundéu afirmó que la palabra del año para 2023 es “polarización”. Seguro que uno se pregunta dónde se ha escondido el Fondo desde 2019, pero es posible que el uso de los medios haya aumentado durante el año pasado. Del mismo modo que su venerable madre, la crujiente, de la que empezó a hablar en tiempos de Aznar, la polarización aparece calificada como una de las plagas políticas de nuestro tiempo, como si de una maldición bíblica o de una enfermedad infecciosa se tratara. Esto nunca sucede cuando se trata de una estrategia diseñada para algunas partes o medios. Cree que se beneficiarán de ello. Es más fácil aumentar la cohesión interna cuando se extiende la idea de que el enemigo es un obstáculo mortal para la convivencia.

La noche de 2023, la multitud de ultraizquierdistas que también se concentraba en la calle Ferraz, cerca de la sede del PSOE, ofreció un espectáculo para amenizar la noche. Los organizadores se llevaron un muñeco con la figura caricaturizada de Pedro Sánchez y ofrecieron a los asistentes la oportunidad de darle un golpe con tranquilidad. Tenía las funciones de piñata, pero la gracia se la concedía al presidente del Gobierno con todos los dedos, no en pilares de caramelo. Violencia para castigar a los traidores de la nación.

“Por eso somos liberadores del odio… ¡Está claro que tenemos que odiar a Pedro Sánchez!”, dijo el presentador de la retransmisión del acto a través de internet. El odio es uno de los sentimientos más extendidos en las concentraciones de Ferraz.

Se lo dije a Isabel Díaz Ayuso en octubre: “La calle tiene que demostrarle a Sánchez que esto no va a subir gratis”. Y ya sabemos que la calle puede ser muy dura. Siempre se puede decir que no hubiera querido que la cosa fuera tan sencilla.

Siempre repito en cualquier ranking de las frases que alegran la vida de los fanáticos. “Sánchez cada día debe darte ideas para ayudar a tu nación”. Lo dijo en un acto organizado por OK Diario, medio que se benefició de grandes subvenciones concedidas por el Gobierno de Madrid, que curiosamente retransmitió en directo la gala nocturna de los ultras en Nochevieja.

Todos los que dejaron de ejercer la violencia física contra sus oponentes políticos comenzaron con la violencia verbal, con la deshumanización de sus rivales, con la advertencia de que eran traidores a la patria. No se puede decir que todos los que utilizan amenazas verbales operen un arma. En un escenario de radicalización, es legítimo preguntarse cuándo terminará este proceso. Es ingenuo pensar en una final que se limitará a unos tantos gritos o sacudir a un muñeco.

“La pregunta, si no, nos la hacemos, por ejemplo: ¿adónde irá la próxima persona? ¿Adónde estás dispuesto a ir?, decía el martes Patxi López. «Por esta razón, queremos utilizar todas las herramientas del lado derecho para detener esto».

Ya saben que está impieza quemando o golpe la efigie de un presidente “y es acaba de dejar la buena educación y dejar las cosas para el día siguiente”, como advierte Thomas de Quincey. También es cierto que llegará el momento en el que algunos creerán que no basta con gritar «que te vote Txapote» o pegarle a un muñeco, máxime cuando veas que el PP y Vox siguen sintiéndose derrotados en el Congreso. votos.

La derecha ya les dejó claro que el Gobierno no representa legítimamente a todos los españoles. Esta última categoría es cada día más restrictiva.

La relación entre el PSOE y el PP se limitó a otros acuerdos con el respectivo miembro. Los independentistas en el caso del PSOE y Vox en el PP. Por ello, los socialistas se subieron a la trompeta para situar a Diana fundamentalmente no en Vox –sobre organización juvenil que Revuelta había convocado el acto del Domingo–, sino en el PP. “Se ha dado la actuación complaciente de algunos dirigentes del PP y sus terminales mediáticos”, escribió el ministro Óscar Puente.

El PP respondió a través de un comunicado en el que decía que no le gustaba lo vivido esa noche y que «todo lo que no entre en los límites del respeto cuenta con nuestro rechazo y condena». Pero el partido no permitió ninguna idea de que los socialistas pudieran aparecer como víctimas en esta historia. También ha informado de que al PSOE no le parece malo «a nivel penal que se hagan fotos del rey o de la bandera de España».

La nota también hace referencia a los insultos al alcalde de Madrid. El presentador del acto llamó “puto enano” a Martínez Almeida (en este caso, ‘puto’ funciona como adjetivo, no como sustantivo), presuntamente sin permiso de que los organizadores ocuparan la calle con el camión que transportaba al equipo de sonido.

«Creemos que el delito se puede incluir en un delito de odio», comunicaron a los periodistas fuentes del PSOE. Que algo sea política o moralmente objetable no significa que también sea criminal. Esta es una idea que el PSOE y especialmente el PP nunca han aceptado.

Al mismo tiempo se ha dicho que los delitos de odio se añaden al Código Penal para defender a las minorías vulnerables a ataques, por ejemplo, de un tribunal racista. Los principales partidos siguen sin entenderlo. Ningún hijo idiota. Sabes que tus quejas no van a prosperar. Pero al introducir esta frase se calcula que estarás en las condiciones de los titulares de pesca.

Estas cosas se entienden mejor cuando se explica la bestia. “Ser mala persona, agresivo, cabrón o fascista no es delito”, escribe Joaquín Urías, catedrático de derecho constitucional.

Algunos jugadores tardaron en entenderlo y fueron condenados a penas de prisión, aplaudidos a sus espaldas, actos similares a los de la calle Ferraz. Un local sevillano era famoso por rodar un muñeco con la novia de Carles Puigdemont. El resultado es que la política era una tradición local. En Valencia, los queman, pero éste es un partido de prestigio y reconocimiento. Nadie debe recordar el caso de los titiriteros y su “Gora AlkaEta”, tratados como terroristas por un juego de la Audiencia Nacional y el Ministerio del Interior.

En relación a los políticos, ha sido demasiado tarde para aceptar la jurisprudencia marcada por el Tribunal Europeo de Rechos Humanos (TEDH). Algunos juegos se pueden hacer ya que no existen. Respecto a las críticas recibidas, la Audiencia Nacional subrayó en 2013 que conviene tenerlas en cuenta: “Los límites de las críticas admisibles son más amplios que para un político en ejercicio que puede ser, a diferencia del segundo, la primera persona, inevitablemente y conscientemente lo expone a una control permanente de sus hechos”.

Los jueces utilizaron exactamente como referencia a las sentencias del TEDH. La frase estaba escrita en el auto que presentó la denuncia contra el scrache a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.

Apuntar a un muñeco no tiene por qué ser un acto simbólico. Cómo llevar una bandera o un retrato del rey. Ambos son actos que aquí conviene evitar, aunque también pueden ser gestos de disidencia contra un sistema político. Lo cierto es lo que muchas veces definen como fanatismo de nuestros autores. Esto es preocupante, no tanto el método a seguir para expresar la propia furia.

By Angel Whiteman

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