La política colombiana ha perdido este sábado a una de sus figuras más representativas. Piedad Córdoba, una mujer afrocolombiana que desde el Congreso fue protagonista de los hechos más importantes de las últimas tres décadas, fue recibida en vida por sus oyentes. Cuando ingresó en la clínica Los Conquistadores, en Medellín, su ciudad natal, ya falleció de un infarto. Conocido por su suerte al acceder a una salida negociada del conflicto armado con la entonces guerrilla de las FARC y por haber participado en las negociaciones con este grupo armado, que resultaron en la liberación de varios secuestrados, siempre fue una figura controvertida.
El presidente Gustavo Petro fue uno de los primeros en reaccionar ante su muerte. “La conocí como congresista y ella vivió como senadora. Ha muerto un liberal liberal”, dijo el representante a través de un trío. Al momento de su fracaso, Piedad era senadora por el Pacto Histórico, partido con el que Petro llegó a la presidencia. Pasó prácticamente toda la vida de su vida en el Congreso, a donde llegó por primera vez como representante a la Cámara de su departamento, Antioquia, en 1992, y donde fue senador, hasta 2010. El intendente parte de su carrera la hizo dentro del Partido Liberal. Provenía de una familia que llevaba diez años liderando tendencia en este lado del chocolate, de donde proviene su línea paterna. Sin embargo, si se distanció de los hermanos rojos por sus ideas progresistas y más buscadas por la izquierda, lo que la llevaría a fundar el Movimiento Poder Ciudadano Siglo XXI, como una disidencia interna.
“Piedad Córdoba fue una mujer golpista de una época y de una sociedad. Ganó toda su vida madura por una sociedad más democrática. Su cuerpo y su mente no pueden resistir la presión de una sociedad anacrónica, que aplaude los ajustes de los jóvenes, que odia el diálogo y la paz, que odia a los negros, a los indígenas y a los pobres, que la trata como a una criminal. Un procurador fascista la expulsó del Senado y se burló de sus electores, quienes querían reparar el daño y la ayudaron a ser parte de la lista del Pacto Histórico, sintiendo que valía la pena”, junto al trío Petro. .
El mandatario se refirió a uno de los episodios en los que se frenó la carrera política de Córdoba. En 2010 fue destituida como senadora por la Procuraduría, al frente de Alejandro Ordóñez, quien también inhabilitó a Petro cuando era alcalde de Bogotá, decisión que posteriormente fue revocada por una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Córdoba fue acusada de colaborar con las FARC e inhabilitada para ejercer cualquier función pública durante 18 años. Seis años después, el Consejo de Estado se retiró con inhabilitaciones por falta de pruebas.
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Si bien no fue la primera mujer afrodescendiente en llegar al Congreso -Nasly Lozano lo había hecho en 1962-, estableció un protagonismo en la política nacional sin precedentes para una mujer de raíces negras. “Una mujer que abrió las puertas de la política colombiana a las mujeres afrodescendientes y que fue indispensable para la paz y la justicia social de nuestro país”, escribió la vicepresidenta Francia Márquez en sus memorias sociales. Probablemente, sin la figura de Piedad, la hubiera hubiera sido tan difícil de sacar a relucir como la de Márquez.
Viajó a América Latina en su alma para buscar alianzas para seguir procesos de paz con garantes extranjeros, y buscó a varios presidentes latinoamericanos del país, especialmente Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil, y Hugo Chávez, en Venezuela. Esta última amistad fue motivo de críticas de alcaldes que en Colombia fueron acusados de apoyar agendas políticas secretas a favor del chavismo y la guerrilla. Nicolás Maduro expresó este sábado sus condolencias a su familia y a los colombianos. “Querida amiga Piedad cuantas batallas te có brantarar y liberar por tu Patria. Fue una guerrera invencible y una de las mujeres más valientes que conozco, una gran revolucionaria, una luchadora, una ferviente defensora de los derechos humanos y de la paz del pueblo”, escrito en tres.
El libro sigue Alex Saab: la verdad sobre el empresario que se hizo multimillonario a la sombra de Nicolás Maduro, escrito por el periódico de investigación Gerardo Reyes, tanto Hugo Chávez como Nicolás Maduro ven a Piedad Córdoba como la próxima jefa del Estado colombiano. “Maduro –y Hugo Chávez cuando estaba vivo– querían que ella fuera presidenta de Colombia. Pero lo confirma, y ahora viene la parte esotérica, a través de un rito de santería en el que el medio oficial de Simón Bolívar le dice, en nombre del Libertador, que va a ser presidenta», dice el texto, que también apunta a que Fue Córdoba quien les presentó a Alex Saab, el empresario colombiano que se convirtió en el operador económico internacional del madurismo, sin embargo, en las elecciones de 2010 su nombre resultó ser uno de los posibles candidatos a la presidencia del liberalismo, y aunque algunos conocieron al favorito. Córdoba prefirió no apuntarse a las consultas de su partido.
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