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Nadie hablará de amnistía la próxima vez.

Nadie hablará de amnistía la próxima vez.

Este texto pertenece a ‘Penínsulas’, el boletín que Enric Juliana enviaba cada día a los lectores de ‘La Vanguardia’. Si quieres recibirlo en tu botón, fija aquí.

“Nadie tendrá noticias de ETA la próxima vez”, escribió el domingo por la noche Lola García, subdirectora de ETA. La Vanguardia, una forma de evaluar en primer lugar los resultados electorales en el País Vasco. Te recomiendo que leas este artículo. Lola García sabe de política y escribe con mucha agilidad. Cojo bien la ola. Tenía gente en el Madrid DF, en el Madrid de los circuitos del poder y de los grandes altavoces mediáticos, que esperaban una victoria clara de EH Bildu en las elecciones del pasado de Domingo. No te sorprendas. No nos sorprenderá porque en los próximos días veremos a todos estos actores deseando la victoria de Junts en las elecciones catalanas. Algunos de los que han hecho uno de estos meses han gritado con la muñeca llena «¡Puigdemont en prisión!», listos para enviarnos señales cabalísticas a favor de una victoria del Fugitivo para poder derrotar lo antes posible al Usurpador. . Hay un gran refrán que dice: “El enemigo de mi enemigo puede ser mi amigo”. La política española nunca podrá volver a estar al pie de la letra, lastrada por la redondez de su valentía y sus declaraciones. Esta es una de las cosas que ha aprendido tras muchos años en Madrid.

Que gane Bildu. Esa era la ola. Seguramente también utilizaremos captarón en algunos programas de radio y televisión si seguimos teniendo la santa paciencia de seguir las tertulias políticas. Los mismos que hablan de ETA como si la organización terrorista todavía existiera no podrían ocultar el brillo de su mirada ante una posible victoria de Bildu. Carne de Tertulia.

Sirvan estas primeras notas para comprobar la importancia de los resultados electorales de este pasado dominicano en el País Vasco. Los políticos no sólo deben jugar por lo que aportan directamente, sino también para evitar que eso suceda. Los resultados del Domingo en Euskadi pretenden tener cierto efecto estabilizador, a la espera de las elecciones catalanas, que podrían ser más completas si se resuelven. Un amable lector, Sergio Lorenzi, definió la situación actual de la política española de la siguiente manera: un arriesgado juego malabar en el que todos los platillos chinos van por ahí de vez en cuando. Le pedí a Lorenzi que citara esta metáfora y él muy amablemente me la concedió. El estrópico de los platillos orientales podría haber comenzado a estas horas del domingo en el País Vasco y no fue así. Ahora llega Catalunya y me doy cuenta de que en el circuito catalán siempre pasa que se rompen algunas piezas, a veces se rompe todo.

Pedro Sánchez conserva la llave de la gobernabilidad en el País Vasco y los Hados han tenido una empatía entre el PNV y EH Bildu que puede mantener a sus embajadas en una órbita estable en el Congreso de los Representantes. «No hemos conseguido un resultado mejor, parece haber sido diseñado específicamente», bromeó un alto miembro del PSOE en Barcelona. El Partido Socialista se consolida como un equilibrio imprescindible en el panorama político, mientras los dos partidos nacionalistas están tan empatizados que no pueden lanzarse a la aventura. El PNV no puede planificar ahora futuras excursiones con el Partido Popular. Se trata de un dato de especial interés para Carles Puigdemont y para el patrono catalán Foment del Treball, la organización empresarial que está gestando en Cabo la acción política más sofisticada en estos momentos en España, muy a la italiana, muy a la cristiana. Camino demócrata. Los de Sabin Etxea no pueden abrir demasiado la puerta a Alberto Núñez Feijóo. Y es Bildu no puede bajarse del carro del pactismo que le están dando los buenos resultados.

El PNV está preparado para una reestructuración interna. Sin duda tendrá relevancia para la presidencia del partido después de las elecciones europeas. Atención a la figura de Itxaso Atutxa, actual presidenta del Bizkai Buru Batzar, el comité ejecutivo en Vizcaya, como posible sustituto de Andoni Ortuzar. El PNV sigue teniendo mucha fuerza electoral en la provincia de Vizcaya, donde obtuvo el 39,5% de los votos, y tendrá que revisar sus debilidades en Guipúzcoa (31,7%) y Álava (27%). Como señala Jordi Juan, director de La VanguardiaLas elecciones del PNV fueron también las de Domingo.

Hay que tener cuidado con las extrapolaciones. Se trata de elecciones autonómicas y no de elecciones generales parciales. Si votabas pensando en el Gobierno del País Vasco, una sociedad formada por poco más de dos millones de personas, con el segundo nivel de vida más alto de España después de la Comunidad de Madrid. Hay una cultura política vascos, hay un incendio fiscal vascos, hay un sistema electoral específico (25 diputados por provincia, tres para iguales), y hay una esfera vascos de información y opiniones que no es fácil de perforar desde fuera. . Existe una realidad nacional de bañera. Nos gustaría ver esta realidad en Cataluña en las próximas semanas, en este caso sin un sistema electoral específico.

España está dividida en estos momentos en los que se acepta esta realidad policéntrica y se quiere destruirla para uniformar el país. Diré que este segundo destacamento es el principal perdedor de las elecciones de Domingo. Al mismo tiempo, voces de la derecha madrileña comenzaron a criticar al PP vasco por “flojo”, quejándose de que habían hablado muy poco de ETA durante la campaña. Fue una crítica inequívoca a Alberto Núñez Feijóo. Ya le enviaron señales de alerta cuando, muy sorprendentemente, ofreció una indulgencia condicional a Puigdemont en plena campaña electoral. “Este PP no tiene cobertura mediática”, se escribía aquellos días. Sin embargo, el excelente resultado del PP gallego el pasado 18 de febrero reafirmó al actual líder de la oposición. El vasto resultado no les quita el poder, pero tampoco les ayuda. Ninguna ayuda, porque el PNV no puede planificar ahora futuras excursiones con Feijóo.

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Mane Espinosa

Está bien que tengamos cuidado con las extrapolaciones, pero los resultados de Domingo también nos dicen que no estamos ante un hundimiento estructural e irrevocable del voto socialista como consecuencia de la ley de amnistía y todo lo que vino después, en particular el caso Koldo, que Tuviste un especial protagonismo en el Congreso. Una situación de hundimiento estructural del PSOE se perfilaba en el marcador vasco. El PSE-PSOE ha ganado votos y dos escaños en relación a 2020, contando con él como un aliado imprescindible para gobernar.

El PSOE no está en quiebra, pero muestra una fuerte debilidad en algunas comunidades. En Madrid, por ejemplo. La quiebra se produce en el espacio político-electoral en el que hoy se disputan Sumar y Podemos. Como podemos ver, en la fase de descenso, ahora buscamos seis elecciones en los últimos cuatro años. Sumar ya ha obtenido un diputado y Podemos tiene derecho a hacerlo. Como ya se informó en las elecciones generales de 2016, Unidas Podemos fue la formación más votada en el país vasco, obteniendo el 30% de los votos. Los gráficos del descenso son muy fuertes. Si se rompieran. La escisión de Sumar y Podemos está provocando resultados catastróficos de muy difícil solución. Pensar en la reunificación es hoy casi imposible. Si se celebraran elecciones generales en estos momentos, sin duda se perdería la independencia como consecuencia de esa exclusión. La responsabilidad de Yolanda Díaz en los próximos meses es importante. El exceso de fantasías y los errores de lectura de la era política suelen ser factuales. Una corriente política que propone cambios sensacionales en la sociedad no puede mostrar alegremente desventuras internas. Debe existir una buena relación dialéctica entre el tamaño de la propuesta y la solidez de la fibra.

La próxima vez no hablaremos de ETA, escribirá Lola García. La próxima vez no hablaremos de eso ni siquiera de la amnistía, añadiría. Fíjense cómo la amnistía está perdiendo protagonismo en el furioso debate político español. Las coordenadas del fondo van cambiando y la costura se mueve día a día. La próxima vez, dentro de cuatro años, hablaremos de cosas muy distintas, porque verán lo que vieron en Europa en aquel momento. Ésta es la fuerza gravitacional que nos mueve hoy: la incertidumbre sobre Europa, la continuidad incierta de todo lo que el proyecto europeo ha representado en las últimas décadas. Ésta es la materia oscura de hoy.

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By Angel Whiteman

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