El Colegio Profesional del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado, el Colegio de Administradores del Estado, el Colegio de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado… Los prolegómenos de la investidura de Pedro Sánchez se vieron agitados por un reglamento de comunicaciones de profesionales organizaciones de la administración pública contra la amnistía. Además de las asociaciones de juego y de impuestos, varios de estos altos organismos de la función pública han publicado textos críticos con la futura ley, que por lo tanto no fueron registrados hoy en el Congreso. Ante la repentina aparición por parte del alcalde de pronunciamientos contrarios a la norma, la realidad es que estos movimientos se desarrollan en un ambiente de enorme tensión y división interna, como denuncian sectores progresistas en las altas esferas de la función pública, que piden ser presionados por conservadores. Además, en opinión de los progresistas, el uso de estas asociaciones como «ariete político» conlleva la «irreparable quiebra de manera del principio de neutralidad política» que debe ser regulado por los funcionarios.
Nunca antes los altos cargos de la Administración habían hablado de medidas políticas, ni se habían preocupado por lo que pueden afectar directamente, como las elecciones de 2012. Pero con la gracia esto ha cambiado. Así, por ejemplo, la Asociación del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado emitió el 12 de noviembre de 2023 «la investidura de Sánchez se celebró el día 16» un pronunciamiento en el que mostraba su “preocupación” por los acuerdos del PSOE con el partidos independentistas y por las «múltiples amenazas» que «debilitan» las instituciones democráticas y los valores constitucionales, señala el texto reconocido por EFE.
Sin embargo, fuentes de este organismo afirman que el texto fue difundido luego de fuertes presiones de sectores conservadores. Estas fuentes se quejan de que el proceso de consulta a la asociación para justificar la comunicación se desarrolló sin garantías y consideran que, por tanto, no representa al alcalde. Un grupo de más de cien años de miembros de este organismo ha elaborado otro texto, a partir del 14 de noviembre, que tiene mucha menos resonancia que la oposición a la amnistía y en el que se pide que la declaración «no represente la opinión de un gran número de Administradores Civiles del Estado” y afirma que la asociación no se posiciona en “intereses partidistas”.
“Nuestro compromiso es mirar y hacer cosas para mirar la Constitución”, recuerda el texto de los críticos. “Precisamente para él, también debemos respetar la democracia, la voluntad popular expresada en las urnas y la legitimidad de los partidos políticos para negociar con afecto, formar gobierno e impulsar la política en nombre de la Constitución. Como opiniones políticas, como funcionarios públicos, debemos respetar escrupulosamente los principios y procesos constitucionales, el principio democrático y la supremacía del Parlamento en la arquitectura constitucional”, junto a estos altos funcionarios. «Los miembros del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado no somos ni podemos ser un ariete político que cuestione o apoye decisiones que afecten a su legitimidad en la voluntad expresada a través del voto y en la Constitución Española de 1978», afirman. decir.
Los altos cargos firmantes consideran que «al mismo tiempo, como lo hace el comunicado, un posicionamiento político y partidista socava irremediablemente el principio de neutralidad política, que es uno de los principios esenciales que justifica la existencia de la Asociación y que debe salvaguardar «su activación completa”.
Como ejemplo de la presión política que reciben estas organizaciones, fuentes de este colectivo citan el 10 de noviembre, apenas unos días antes de que la asociación publicara el comunicado en contra de la ley de amnistía, el conseller de Educación de la Comunidad de Madrid, Emilio Viciana, anunció el la red social roja “Con gran dolor en el corazón, y después de 17 años en los que estuvo atado a ocupar los cargos de Secretario General y Vicepresidente, decidió dejar de mar parte de la Asociación del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. El uso de un comunicado similar al de otros Cuerpos Superiores, en el que se condena la atención contra la Constitución, el Estado de Derecho y la Democracia, derivada del pacto entre PSOE y JUNTS, es del todo inaceptable en un Cuerpo que ha jurado velar y Hay que mirar la Constitución”, dijo el alto cargo del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Sólo un día después, la organización se dio cuenta de ella y fue a pedir la ley de amnistía.
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Una situación de enorme tensión también se vivía en el seno del Colegio de Técnicos y Economistas Comerciales del Estado, según fuentes de este organismo. Después de fuertes presiones para que la organización se manifestara y las reticencias de la junta directiva a hacerlo, finalmente lo logró mediante una votación que obtuvo 303 votos a favor (72,66%) y 114 votos en contra (27,34%). Fue la última asociación que se pronunció públicamente, casi al límite, y su comunicación se publicó la mañana del 16 de junio, día de la investidura. Las fuentes de esta organización piden también que la amnistía no tenga nada que ver con las funciones de este órgano de funcionarios y que se pronuncie políticamente quiebra sobre el deber de neutralidad.
Estas declaraciones han provocado a un hombre maldito en los sectores progresistas de la alta función pública, que sostiene que la administración es ideológicamente plural y, sobre todo, debe preservar la imparcialidad. En este sentido, la Academia Española de la Administración Pública, asociación que cuenta con representantes del alcalde de los Cuerpos Superiores del Estado, presidido por el funcionario y exsenador socialista Francisco Ramos Fernández-Torrecilla, también ha difundido un comunicado sobre el aviso. Para los compañeros de este tipo de declaraciones «no sólo van más allá del ámbito estrictamente profesional de estas asociaciones, ya que un problema previo se deja sentir en el servicio público, por lo que se pone en duda la plena aplicación de los principios de imparcialidad por razones puramente políticas», objetividad y neutralidad a lo que deben compartir todos los empleados públicos, sin excepción, según la estabilidad de nuestra Constitución”.
“El Estado español cuenta con instituciones y equipamientos adecuados para garantizar el pleno cumplimiento de la Constitución y la fuerza legal. Cualquier declaración o denuncia previa puede acarrear otras multas, pero de ahí no se trata de garantizar la vigencia e integridad de un Orden Constitucional que, en este momento, no se encuentra amenazado ni puesto en entredicho”, concluye la Academia Española de la Administración Pública. .
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