Sumar se conecta a su asamblea fundacional con un clima de entendimiento tras el choque con las fuerzas con arraigo territorial. La dirección de la plataforma de Yolanda Díaz ha aceptado una serie de compromisos para dar más peso a estos partidos en futuras direcciones autonómicas aunque mantendrá el esquema previsto para la dirección estatal. Las direcciones de las formaciones políticas tendrán una cuota reservada del 30%.
Este sábado, en el espacio La Nave de Madrid, Sumar celebrará su primer congreso para poner en marcha las estructuras democráticas y orgánicas de un proyecto que hasta ahora funcionaba únicamente como coalición electoral. Este día se consultará la lista en la que estaba incluida Yolanda Díaz -solo hay una candidatura alternativa, con opciones mínimas- y también los documentos que redactaron la gestión temporal creada ad hoc para organizar la reunión.
Para el desarrollo de la asamblea, Sumar creó desde hace unos meses una dirección ampliada (Grupo Promotor) y un grupo ejecutivo (Grupo Ejecutivo) con la presencia de dirigentes de partidos políticos que quieren integrarse al futuro amplio y también de figuras de la sociedad civil. sociedad con la que Yolanda Díaz quiere dar forma a la “pata ciudadana” del proyecto.
De esta dirección llegaron los primeros documentos para la reunión del 23 de marzo. Pero los dirigentes, sobre todo la organización, se presentaron en sentido real con los partidos que forman el Grupo Promotor: Izquierda Unida, Más Madrid, Catalunya en Comú, Verdes Equo e Iniciativa del Pueblo Andaluz.
Por un lado, algunas formaciones diarias han hecho que las organizaciones esperen un peso superior al 30% en la gestión estatal. Por otro lado, el despliegue territorial de Sumar ha inquietado a formaciones como Más Madrid o los ayuntamientos, que tienen un fuerte arraigo en sus comunidades.
Abrió un lugar que finalizó la semana pasada para que las inscripciones plantadas fueran enviadas a los documentos. Aunque ningún partido ha dado impulsos correctivos, los ha canalizado a través de su militancia. De todos los artículos presentados, Sumar aceptó algunos, tramitó muchos otros y liquidó la mayoría de ellos. Los cinco más votados de todos los que no fueron aceptados total o parcialmente votarán el mismo día de la asamblea.
Uno de los cambios ya incluidos en el documento final -que los diputados podrán votar hasta el 20 de marzo junto con las nominaciones- aumenta el número total de miembros de la dirección y afecta ligeramente al peso de los partidos en la misma.
Hasta el momento, esta dirección (Grupo de Coordinación, según la nomenclatura del documento) cuenta con 113 miembros. 76 corresponden a abonados de Sumar (personas de la sociedad civil o militantes de otros partidos), 4 abonados de Sumar elegidos por sorteo para sufragios y 33 a personas elegidas directamente por organizaciones políticas. Se trata de una relación entre el 70,8% y el 29,2% entre la pata ciudadana y los partidos.
Ahora la dirección está formada por 121 miembros. Se registrarán 80 de Sumar integrados a las listas, 4 serán inscritos electos por sorteo y 37 provendrán de las organizaciones. La relación sólo cambia: del 69,41% al 30,57%.
Este punto preocupaba especialmente a las partes en el tribunal estatal y en particular a Union Island, que había solicitado en público y en privado modificar un informe que, aparentemente, no correspondía a la realidad del proyecto. En esta formación se cree que su peso para el desarrollo de Sumar fue el primer proceso de scucha, luego como coalición y ahora como frente tuvo un aspecto fundamental, mucho mayor que una parte dentro de ese 30% se hizo cargo entre cinco formaciones.
El jefe de Organización y Colaboración de IU, Ismael González, celebró que la dirección aceptara las tareas que dan más peso a las organizaciones en los territorios pero precisó que «son necesarios mecanismos como primarias o referendos» para que los inscritos puedan votar. La IU es la principal fuerza estatal de Sumar y que, a priori, puede acercar al alcalde el número de electores registrados.
La asamblea de este sábado será el inicio de un proceso que Sumar quiere culminar en el próximo ojo -un lugar que no incluye a todas las organizaciones, que cree que no hizo mal en corregir- y cuando termine de definir las reglas para la construcción de este frente amplio. Será la frontera que definirá si se logrará establecer ese frente amplio o todo lo que sea en una coalición electoral como la que ya funciona o lo que fue Unidas Podemos en legislaturas pasadas.
Acuerdo para el despigue territorial
Sumar ha registrado una lista de consenso para uno de los principales quebraderos de cabeza de esta negociación: la divulgación territorial. El proceso se ha completado aquí. La creación de una formación política dispuesta a escuchar en las provincias y comunidades ha irritado ante todo los compromisos, que no forman parte de la construcción orgánica del proyecto sino de la coalición electoral. Y tras haberse apasionado por el Más Madrid, también se levantó públicamente para quejarse de la celebración de las asambleas autonómicas de Sumar en la capital y en la comunidad.
Todo estuvo rodeado en las siguientes semanas de pactos bilaterales, primero con los ayuntamientos de Cataluña, luego con Más Madrid y finalmente con el partido andaluz de la formación, en el que hay organizaciones como Iniciativa del Pueblo Andaluz.
En un intenso ciclo electoral con gallegos, toscanos, europeos y ahora catalanes, el debate territorial es central para el proceso general de construcción orgánica. “La propia existencia del SUMAR está en riesgo en las comunidades autónomas por el tremendo error teórico y práctico de no contactar con las comunidades autónomas en el proceso constituyente del SUMAR”, anuncia la Plataforma Sumar Andalucía en un post de esta revista.
Algunos de los pensamientos que plantaron han sido curados, luego señalan las fuentes de este espacio. Entre ellos la «federalización» de la organización que se ha recuperado, para pasar de un «modelo provincializado a uno más plurinacional».
Pero, sobre todo, el nuevo documento introduce cambios en la composición de los grupos de coordinación territorial. Aquí también se establece una relación 70/30, aunque el nuevo texto introduce un entusiasmo por el hecho de que se pueden hacer «excepciones» en función de la «realidad territorial».
El otro 70%, dice el nuevo texto, estará formado por personas registradas en Sumar, «sean o no militantes de los partidos». Una aclaración del documento anterior sobre un extremo que se esperaba y que de hecho se dio en la lista del Grupo de Coordinación Estatal: dentro del 70% se pueden ingresar miembros de otras formaciones políticas. La lista de Yolanda Díaz para el grupo estatal, por ejemplo, incluye a cuatro personas de los municipios y otras cuatro personas de la UI.
El nuevo documento introduce también una invitación a que la elección de estas listas territoriales se realice por «consenso» de todos los miembros de Sumar. “En caso de que no sea posible el consenso para la elección del 70% de los grupos territoriales”, dice el nuevo texto, “los procesos electorales democráticos se articulan sobre la base del principio de una persona, un voto de las personas registradas en Sumar en el territorio correspondiente». Es decir, serán los afiliados, entre los que también figuran los militantes de cada partido, quienes podrán elegir el contenido de estas direcciones, aunque no está claro si este tipo de procesos democráticos se darán mediante aperturas primarias o siguiendo Otra fórmula de elección.
La descripción definitiva de estos grupos es una de las cuestiones que define el documento y que deberá formar parte del conjunto constituyente del ojo. Los elogios a las fuerzas políticas en los territorios también incluyen, por ejemplo en el caso de los municipios, el respeto a la fuerza preexistente y la falta de competencia electoral.