El PSC recurre a Sánchez para obtener una “amplísima” mayoría en Cataluña | Elecciones en Cataluña 12-M

Pedro Sánchez como forma de gobernar en Cataluña y Pedro Sánchez para frenar a la derecha y la ultraderecha en España. El presidente del Gobierno se ha convertido en el gran protagonista de los socialistas en su primera andadura en la campaña electoral catalana. Con un discurso de calado progresista y lleno de reproches a PP y Vox, Sánchez pretende ser un trampolín para el PSC querido en la última semana de campaña. Los socialistas siguen esperando en las reuniones, pero la posible inacción de los bloques obliga al partido a aumentar las previsiones de voto para no perder la miel en los labios, como ocurrió en 2021, cuando llegan a las historietas pero no pueden formar la gobierno . .

Y con estas perspectivas, los socialistas catalanes confían en el impulso del efecto Sánchez, que cada vez que aparece entre los simpatizantes genera un efecto poco habitual en el PSC. Incluido el riesgo de incriminar al candidato a la Generalitat, Salvador Illa. Nada parece ilustrar mejor la diatriba del presidente que se ha producido en la ejecución del acto en el espacio cultural La Torreta de Montmeló (Barcelona), este sábado. El líder del PSC y el presidente aparecen junto a Charlando; pero Sánchez salió rápidamente para atender las peticiones de fotos y abrazos, lo que obligó a su Illa a admirar el paso y mirar más allá para no asombrarse por el simple hecho de hacerlo. Incluso una persona que había visto una foto de la candidata catalana lo había hecho sin ella porque su marido, que necesitaba capturar la instantánea, abandonó la tarea cuando Sánchez violó y pretendía enviarle la foto. «No vale nada», respondió antes de disculparse con la mujer que estaba sufriendo las molestias de la situación.

El partido parece haber jugado dos cartas con la presencia del presidente en Cataluña. Illa representará al seny que el PSC promulga para “ir a la página del proceso” y Sánchez se presentó como el raux, cómodo en el cuerpo con la espalda y la espalda. “Me acoge ser el presidente del partido que ha sufrido el salario mínimo y ha revalorizado las pensiones”, afirmó el presidente ejecutivo. Ninguno, en cualquier caso, pidió reparar al nefasto hijo de Matías Carnero, presidente de UGT en Cataluña y último de la lista del partido de Barcelona, ​​en un acto con Illa el jueves, cuando aseguró que Carles Puigdemont Estaba el estado de España “meado o cagado” en el maletero de un coche en 2017, cuando abandonó España. La intervención de Carnero fue especialmente reseñable porque Illa se había presentado 24 horas antes en el primer debate televisivo como un hombre de consenso al reprochar a Carlos Carrizosa que acusara a políticos independentistas de «robar» dinero público.

Ante unas 2.000 personas, según la organización, y bajo un único abrasador, Illa intentó recuperar esa posición de equilibrio y consenso en su discurso. “Critico pandilla y pandilla [en referencia a los partidos independentistas y los constitucionalistas], pero me quedo en el medio para abrir una nueva etapa en Cataluña”, aseguró. El candidato, que también repitió el tono triunfalista de los jóvenes en la televisión para asegurarse la victoria en las elecciones, se culpa ante Junts y ERC de haber conducido Cataluña «a 30 kilómetros por hora cuando podía ir a 120». Anunció una asignación de 800 millones en los barrios de los municipios catalanes para que las políticas municipales atiendan a las autonómicas.

Sánchez dedicó parte de su discurso a dirigir al PP y a Vox, a quienes acusó de atacar la política y el diálogo social para crear «desafección» y que la gente no vaya a votar. El secretario general del PSOE pidió acercarse a ambos partidos a través del expresidente José María Aznar. “Por Cataluña han pasado a Feijóo y Abascal pero no consiguen distinguirlos. Comparte las mismas palabras y el mismo ideólogo de cabecera: Aznar”. Sánchez pidió una victoria con un “alcalde más amplio” para combatir las formas inadecuadas, dijo, de los partidos conservadores. “Aznar dijo: quién puede hacer, quién tiene; Yo respondo: quién puede votar, quién vota a Salvador Illa”, pidió el aplauso de los asistentes. “Necesitamos una victoria mayor que sea la última para asegurar la estabilidad”, remarcó en alusión al triunfo electoral de 2021 en Cataluña, insuficiente para que la isla formara Gobierno.

En su discurso, Sánchez aseguró que el invitado que recibió, denunció, es para «ser la secretaria del partido que ha sufrido el salario mínimo, revalorizado las pensiones, y que ha colocado la causa feminista como causa nacional».

El acto cerró la primera aventura electoral de Sánchez en Cataluña. El miércoles apareció con sorpresa en la casa del PSC en la Feria de Abril de Barcelona. El joven se casó con Jaume Collboni, alcalde de Barcelona, ​​y protagonizó un acto en Sant Boi (Barcelona) este sábado, también en el cinturón rojo de Barcelona, ​​en el que intentó dar otro golpe de efecto a la campaña socialista. en un pequeño municipio a las visitas de grandes personalidades políticas.

“¿Qué pasa, eh? ¿Hay motos?”, preguntó un ciclista sorprendido por las restricciones de circulación de la mañana, en referencia al circuito de motor que lleva el nombre del municipio. “Mantenemos al presidente en casa”, responde un agente. “Aquí estamos acostumbrados a que tengan competencias, no cuando se trata de políticos. Y yo nunca había visto a nadie de esta Vergadura”, reflexiona así, obligado a coordinar el tráfico para llegar a los 8.700 habitantes del pueblo. “Hoy estamos todos activos. Nadie se retracta. Tenemos un gran dispositivo”, celebró. Llegaba efecto Sánchez.

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